Monday, July 27, 2009

El Mensaje de Ramona by Dra. Asela Gutierrez Kann


video cortesia de
RetroArcaicoRex


Julio del 1973
"Revista America"
Asela Guitierrez Kann
1912 - 2003


Escribo estas lineas bajo la emocion fresca de
haber presenciado un espectaculo inolvidable,
la tradicional reprentacion anual en Hemet,
California, de la historia de RAMONA. La nove-
la, escrita a finales del siglo pasado por la auto-
ra americana Helen Hunt Jackson . Ramon
tiene para los cubanos la extraordinaria distin-
cion de haber sido traducida al español por
Jose Marti. Se comprende que el Apostol se
sintiera atraido a verter en nuestro idioma un
relato que trasciende su contenido amoroso
y romantico y lleva un importante mensaje
social. Un mensaje de compasion , de apasio-
nado alegato en defensa de los indios de
Norteamerica , humillado y maltratados,
despojados de su identidad , sus tierras
sus oportunidades , por la codicia del colo-
no americano. Este libro significo para el
indio de esta nacion lo que " La Cabaña de
Tom " significo para la causa del negro ameri-
cano . Honrra a Marti haberlo traducido al cas-
tellano.
Varias generaciones hemos disrutado con las dos
peliculas que el cine hizo en distintas epocas sobre
RAMONA . Una, con Dolores del Rio y Warner
Baxter. La otra , con Loretta Young y Don Ameche.
La cancion RAMONA se ha paseado por el mundo
entero, y se seguira tocando y cantando en todas
partes. Lo que quiza ignoren mucho es que Ramona
y la mayoria de los personajes que forman la tra-
ma desarrollada por Helen Hunt Jacson de veras
existieron . Y los hechos fueron reales, con li-
geras variantes aportadas por la imaginacion de la
novelista . Los incidentes en que se basa pasaron
alrededor de 1870 . En la Mision de San Diego
esta registrado el matrimonio de Ramona y Ale-
jandro . Esta abierta al publico la hacienda donde
ella se crio con los Moreno, a varias millas al este
enterrada en el pueblecito de Cahuilla, al lado de
su compañero . Cahuilla es una reservacion india
en el Valle de San Jacinto. En los archivos de la
corte judicial de San Jacinto hay una entrada del
24 de Marzo de 1883, firmada por el Juez de Paz,
S.V.Tripp , que dice:...." Personalmente compare-
cio ante mi Samuel Temple , declarando que en
ese dia cometio justificado homicidio en la per-
sona de un indio llamado Juan Diego..." Siete
dias despues, se anoto lo siguiente: " La defensa
propone que el acusado sea puesto en libertad,
por razon de que cometio homicidio justificado
y nadie esta interesado en acusarlo. Se concede
la mocion..."
Asi quedo impune el asesinato a sangre fria del
esposo de Ramona, quien distraidamente habia
tomado un caballo ajeno porque andaba mal de
la cabeza a raiz del ultimo atropello perpetrado
contra el y su gente. Tambien es veridico que
Ramona ya viuda , se caso por fin con el fiel Feli-
pe , heredero de los Moreno, y su defensor de
siempre . Curada en cuerpo y alma de las trage-
dias del pasado, vivio tranquila , holgada y rela-
tivamente feliz con este hombre de su eterno
afecto, al que dio varios hijos.
En el Valle de Hemet - San Jacinto hay numero-
sas evidencias del asesinato de Alejandro , y de
muchos otros pasajes del libro. El Dr, H.G. Hewitt,
miembro de una familia de adelantados de San
Jacinto, ha descrito la muerte de Juan Diego ( o
Alejandro ) tal como se la conto Samuel Temple,
el matador, que en la obra es Jim Farrar. Temple
alegaba haber disparado en defensa propia cuando
Alejandro avanzo con un cuchillo . Esto lo desmien-
te la patetica declaracion de un testigo presencial,
la sobrina de Alejandro , la difunta Mrs. Cinciona
Norte. Ella dijo : Alejandro trabajaba en su jardin .
Yo caminaba con uno de los niños a corta distancia.
De pronto vi a un hombre blanco que venia a caba-
llo momentos despues se oyeron disparos. Volvi
corriendo para la casa, y alla estab a Alejandro boca
abajo en al tierra , y Ramona inclinada sobre el. Habia
muerto . El blanco que cometio el crimen, se marcho
enseguida. Ramona acepto estoicamente la muerte
de Alejandro . Su pena era demasiado intensa para
poder llorar . Necesitabamos ayuda pero los vecinos
mas cercanos vivian en Cahuilla, a ocho millas de dis-
tancia. Con el niño mas chico amarrado a la espalda.
Ramona camino todo ese trayecto . Yo me quede con
el cadaver".
Este hecho simboliza los agravios muy reales hechos
a toda una raza . Temple ni aun se molesto en pregun-
tar al indio por que habia usado su caballo. Numeroso
publico concurre cada primavera en el Ramona Bowl
en Hemet a ver la obra represenada al aire libre por la
gente del Valle de San Jacinto, En un hermoso anfi-
teatro natural de colinas , con asombrosas propie-
dades acusticas, los personajes aparecen al publico
desde diversos puntos, a pie, a caballo, hasta en carreta.
El inmenso escenario tienen a la derecha la casona de
sitio permanente que representa el prospero rancho -
hacienda de la familia Moreno. A la izqueirda , en la
colina , se levanta el imaginario bohio de la infeliz
pareja de neustro relato. La obra se ha venido repre-
sentando desde el 1923 . Hemet y San Jacinto son el
valle donde sucedieron muchos de los incidentes
narrados en la novela de Helen Hunt Jackson . Con
el tiempo , el Ramona Bowl , con capacidad para
6,662 personas, ha sido objeto de constantes mejoras.
Se usa todo el año para otros eventos ademas del
Ramona Pageant. La obra fue adaptada al teatro por
el ingles Garnet Holme , que dirigio teatro shakes-
peariano en Inglaterra antes de establecerse en Hemet.
En su testamento, lego los derechos de autor a la co-
munidad del valle , por el entusiasmo y cooperacion
prestados siempre en la obra. En la adaptacion teatral,
el dialogo ( en ingles ) es mas acusador y franco que el
de la novela. Hay reproches expresos e implicitos.
Entre los implicitos , la escena de la fiesta que dan los
Morenos para celebrar la curacion de Felipe. En el
inmenso protal los blancos lujosamente ataviados a la
moda española de la epoca, bailan y cantan alegremen-
te. Afuera , parados en la yerba, estan los mirones no
invitados , los indios, en sus pobres ropas que contras-
tan con la esplendidez de la de los festejadores. Son
peones y sirvientes del racho, sus hijos, y vecinos de la
comarca . Viejos, mujeres y niños observan quietamente
con aire resignado y melancolico , la alegre fiesta de la
que no pueden participar , aunque el restablecimiento
de su joven patron fue seguramente un regocijo que
querian compartir . No se si por un acto de curiosidad,
penitencia o masoquismo, el publico americano , se
aglomera cada año para escuchar, en medio de un silen-
cio muy elocuente, lo que su conciencia debe haberle
dicho muchas veces: lo mal que se ha tratado a los indios.

El drama del indio era para mi, tal vez , una cosa lite-
raria, hasta que vivi en Oklahoma. Alli supe con asombro
que en pueblecitos de Chickasha , Apache. Anadarki, y
otros del Estado, a los indios no se les permiten pernoc-
tar , ni siquiera andar por las calles despues del oscure-
cer. La gente se expresaba de ellos en forma derogativa.
Escasas muchachas indias eran admitidas como becadas
al College donde yo enseñaba. En dias de recibir a los
padres, o de graduacion , etc....hasta la falsamente edu-
cada Facultad de OCW se burlaba del aspecto y modales
de los padres indios que por necesidad tenian que invi-
tar. Una noche, en una feria del pueblo , entre atracciones
baratas, observe mucho rato a un indio de mediana edad,
de cara pensativa y triste, de nobles facciones y continen-
te digno. Se ganaba unos centavos modelando figuras de
arcilla. Tenia manos agiles , finas , de artista. Sus ojos
miraban a lo lejos,profundamente concentrados en algo
muy distante de aquel publico heterogeneo , ruidoso, que
hartaba de rositas de maiz, algodon azucarado , y refrescos.
El indio me lucio infinitamente cansando e incomprendido.
Sin saber por que, empezaron a correrme las lagrimas .
Ese solo indio de Anadrko me lo habia contado todo .

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